sábado, 25 de febrero de 2012

Poderosa protección invocando a San Cipriano


En el Nombre del Supremo, un solo Dios. Amèn, Gloria a Dios en las alturas, en la Tierra paz y en los hombres buenos, voluntad. Dios hizo al hombre y el Domingo lo bautizò y bendijo. En es dìa realizò grandes milagros; con su poder destruyò el mal, pues el creò el Cielo y la Tierra y todo lo que existe.
Yo, Cipriano, siervo de Dios, he consagrado mi mente, mi pensamiento y mi voluntad entera al Dios de la creaciòn, el Altìsimo y cuyo nombre es alabado desde todos los siglos y para siempre. Tù nuestro Dios, has conocido la maldad de tu siervo, porque estuve sometido al demonio y al infierno y estuve de acuerdo a sus instivaciones y lejos de Tì por mis palabras y obras. Pero cuando brillò Tu luz me inundò Tu gracia; volvì hacia Tì; te reconocì y creì en Tu divinidad. Por eso te pido que me perdones todos mis pecados y no mires a mi ignorancia, porque me arrepiento y vuelvo hacia Tì. Ruego protejas a todos los que porten este escrito. A los sanos y enfermos que escuchen o tengan èstas palabras en su casa, campo o empresas.
Por su inmenso poder, se borren en èl todos los daños, males y dolores; todos los problemas; se liberen de las maldiciones y dolencias. Que el demonio no lo alcance con sus saetas desde el sueño. Que sea protegido de las tentaciones diabòlicas con el poder de Dios Omnipotente y por interseciòn de todos los Santos, que se aparten de èl todos los espìritus del mal.
Que Dios lleve al corazòn del portador de èste escrito la semilla de la gracia celestial y de los abundantes dones del espìritu. Que proteja a sus hijos y sus hogares. Que expulse a todos sus enemigos ocultos, porque Tù Señor dijiste: "Todo lo que atares en la Tierra, serà desatado en el cielo".
Que Tu siervo pues, se vea desatado de pecado, de todo mal o enfermedad.
Por mi parte les ordeno, ¡Oh, espìritus infernales! en el Nombre del Señor que abriò los ojos del ciego, hizo caminar al paralìtico, que se alejen y sean expelidos de todo el que porte este escrito. ¡Los exorcizo y conjuro a que salgan de èl! Por la fuerza del Señor, que dominò las aguas. Señor, yo acudo al abismo de Tu misericordia infinita. Te suplico a Ti, mi Dios que bendigas a los portadores de èste escrito y que los guardes por la Señal de la Cruz. A ellos, mujeres, hijos, hogares y empresas, les concedas abundancia, èxito en sus trabajos y los liberes del mal.
A Tì es debida toda gloria y adoraciòn. Amèn

No hay comentarios:

Publicar un comentario